En el escenario de eventos sísmicos, la fragilidad de nuestras infraestructuras se revela en varios aspectos. Desde la posible vulnerabilidad estructural de edificaciones hasta el riesgo de colapso durante un terremoto, estas amenazas se extienden a las redes de servicios esenciales, impactando suministros como agua, gas y electricidad. Las infraestructuras de transporte, desde carreteras hasta puentes, están expuestas a rupturas que afectan la movilidad.

La clave radica en comprender estos riesgos y abordarlos con evaluaciones sísmicas, fortalecimiento estructural y medidas de mitigación. Nuestra página ofrece una visión informativa sobre la importancia de la preparación y la construcción resiliente para enfrentar y reducir los impactos de los riesgos sísmicos en nuestras comunidades y sus infraestructuras.